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Gracias a Matteo Guidi por el pase.

El selfie desastroso en el museo, o cómo no montar unas peanas

«Una serie de instalaciones maravillosas, sobre la media, para hacer el selfieperfecto que haga de Instagram la plataforma perfecta para experimentar todo este espectáculo de alto presupuesto». La definición que el diario Los Angeles Times dio sobre la muestra del artista Simon Birch, expuesta en la 14th Factory de la misma ciudad, no podía ser más acertada. Aunque ese artículo se escribió en mayo, hace dos semanas un incidente hizo valer el titular con creces.

La 14th Factory, propiedad de Birch y que abrió en marzo después de cuatro años de retrasos, es un espacio que alberga una colección del artista británico y otros 20 artistas más en 14 habitaciones. La instalación  Hypercaine presenta varias coronas y objetos expuestos sobre pedestales de distintas alturas, que los vuelve perfectos para causar un efecto dominó si alguien, por accidente o no, empuja una de las columnas. La 14th Factory vivía con el agorero del párrafo del Times, además de la disposición de los podios en la sala. Ya conocen a Murphy: «Si algo puede salir mal, saldrá».

Una joven se dispone a hacerse un selfie delante de uno de los pedestales. Al agacharse, pierde el equilibro y golpea a la columna, que inevitablemente golpea a la siguiente y así sucesivamente. Es el efecto dominó en todo su esplendor. La tercera ley de Newton manifestándose: acción y reacción. Hypercaine, que ha tardado seis años en ser montada, se desmonta en lo que tarda en pulsarse el botón de disparo de la cámara.

Una caída valorada en 200.000 dólares

Gloria Yu, una de las artistas que exponía junto a Birch, ha dicho a Hyperallergic que «tres esculturas resultaron dañadas permanentemente y otras tienen diferentes grados de daño». Las coronas, compuestas de elementos como madera, nylon, oro, plata y otros metales, estaban valoradas en 200.000 dólares.

La 14th Factory dice al portal CNet que no está detrás del vídeo. Hay algunas teorías que sitúan al clip, de 35 segundos de duración, como si se tratara de un viral para hacer publicidad de la galería y que así acuda más gente. La persona que lo ha colgado en YouTube dice ser un amigo personal de Birch, y de paso anima a que la gente se pase por la exposición. De momento lleva algo menos de medio millón de visitas.

Hay quien cree que Hypercaine, que estará expuesta hasta finales de este mes, es una colección destinada inevitablemente a que uno se haga selfies en ella, como decía el artículo de Los Angeles Times. Otros piensan que el incidente no hará otra cosa sino atraer montones de público deseoso de tomarse un  selfie sin tirar nada.

Las coronas de Hypercaine
Las coronas de Hypercaine

Cuando los selfies destruyen

La joven que se ha llevado por delante media instalación en Los Ángeles no es la única que, por accidente, ha terminado destruyendo una obra de arte. El pasado febrero, un hombre aplastó una calabaza del artista japonés Yayoi Kusama al intentar hacerse un selfie. La sala fue cerrada al público temporalmente y un trabajador dijo que la hortaliza había sufrido «daños menores».

Hace algo más de un año, en Portugal, un hombre se encaramó a la estatua del rey Dom Sebastiao para hacerse un selfie. La figura llevaba 126 años en el muro exterior de la estación de tren de Rossio, en Lisboa, pero se rompió cuando el hombre se subió a ella. Aunque huyó de la escena del crimen, la policía terminó cogiéndole y llevándole ante un juez.

En marzo del 2015, dos mujeres tallaron sus iniciales en uno de los muros del Coliseo de Roma. Las dos chicas, de 21 y 25 años, cogieron una moneda y grabaron una J y una N en la piedra centenaria. Después subieron la foto a Facebook. Como en el caso anterior, la policía las detuvo y llevó a juicio. Al final, terminaron pagando una multa de miles de euros.

Mientras tanto, en España, tanto el Museo del Prado como el Thyssen Bornemisza explican a eldiario.es que «ni las fotos ni los palos-selfie están permitidos dentro del museo». El museo del Prado añade que «si hubiera una agresión, tendría que aplicarse el Artículo IV de la Ley 16/1935 de Patrimonio Histórico. Si no hay intencionalidad y es un accidente, habría que ver si ha habido imprudencia o no».

Fuente: Diario.es

La piña de unos estudiantes escoceses, convertida en obra de arte por error

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Fuente: Público.

Una piña abre de nuevo el debate sobre el sentido del arte. Varios estudiantes escoceses —concretamente de la Universidad Robert Gordon— compraron una piña en supermercado por 1 libra y, apenas unos días después, reapareció en el mismo lugar pero convertida en obra de arte.

Según informa el diario británico The Independent, Ruairi Gray y Lloyd Jack, dos estudiantes veinteañeros, tuvieron a bien depositar sobre un exhibidor vacío la fruta de la discordia con el fin de sembrar el debate. Y vaya si lo consiguieron; cuatros días después de la «intervención» la piña yacía en el mismo lugar pero envuelta en una vitrina transparente.

En palabras de Gray: «Decidí ver cuánto tiempo permanecería allí o si la gente se creería que era arte. Días después comprobé que se había metido en una vitrina, es lo más divertido que ha pasado en todo el año. Mi tutor le preguntó a un profesor de arte si era real porque no podía creerlo».

Una de las asistentes de la exposición negó haber tenido nada que ver con lo sucedido, debido a que —según declaró a The Independent— es alérgica al piña.

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Un rincón japonés

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A Japanese Corner, óleo sobre tela de John Haberle (1898).

Pinturas y cine (Blow Up)

1978: Action Directe roba «El prestidigitador», de El Bosco

El 13 de diciembre de 1978, el grupo de extrema izquierda francés Action Directe sustrajo la obra El prestidigitador, de Hieronymus Bosch (1502) del Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye, en donde estaba depositada desde 1872. En febrero de 1979 fue encontrada y devuelta al museo, aunque éste no volvió a abrir sus puertas desde entonces.

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Fragmento del texto de Aurélien Gamboni (abril de 2003). Fuente: AG-Archives.net

«Intrigado por el singular eco de esta acción con el tema mismo del cuadro, y con ganas de entender si había en ello un gesto simbólico (y político), fui a Marsella para consultar a Jean-Marc Rouillan (uno de los fundadores de Action Directe) que se había beneficiado de un acuerdo de libertad condicional. Resultó que el robo de la pintura, una acción no reivindicada, tenía un objetivo material: los secuestradores querían cambiar el lienzo por dinero para financiar su causa. Sin embargo, el atractivo singular que el Bosco producía entre un gran número de partidarios de la ultraizquierda en ese momento, y en Rouillan en particular, no fue ajeno a la elección de este «objetivo». También me dio una vívida descripción de su encuentro con el cuadro en el Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye, en concreto la sensación «física» de «silbato de oreja» que le había causado la mera visión de esta pintura. Otro punto a destacar parece ser la relación especial que los secuestradores más tarde declararon con el objeto, así como la renuncia a considerar la reventa de la obra a un particular, ya que consideraban que debía ser pública.

Por último (y en palabras de Rouillan), como en la escena de El Bosco, lo que sucedería al final fue un «nuevo pacto de tontos»: los policías que habían tendido una trampa pero que fallarán, los secuestradores que escapan (pero no consiguen su dinero). En cuanto al museo, que recuperó el cuadro, las deficiencias en su aparato de seguridad fueron objeto de implacables críticas y no se ha reabierto desde entonces.

Este evento fue en cierta medida reavivó mi investigación, ya que tenía que hacer posteriormente una solicitud de autorización especial para ver la tabla en Saint-Germain-en-Laye, en el sótano de un edificio seguro del que no tengo derecho a revelar la ubicación. Tomo nota de que la imagen de la cara escondida en la mesa, lo que me pareció ser uno de los elementos clave de la composición, no le parecía obvio ni a Jean-Marc Rouillan ni a la Señora Virole, conservadora del museo cerrado. Esta última incluso se negó a ver en esta interpretación, considerada «esotérica», otra cosa que no fuera una simple proyección, una ilusión generada por mis propios ojos. Si los espectadores fueran los cuadros, como preconizaba Marcel Duchamp, podríamos hacer notar que este trabajo está a veces lejos de ser reconocido como legítimo por aquellos que se preocupan de vigilar las obras de arte y de su recepción.»

Istvan Kantor

Istvan Kantor (Monty Cantsin)’s work in the late 1970s and early 1980s consisted most notably of the «Blood Campaign», an ongoing series of performances in which he takes his own blood and splashes it onto walls, canvases or into the audience. At the same time, he continued to work within the Neoist network, co-organizing and participating in a series of Neoist festivals, which began as «Apartment Festivals», which were also called simply «APTs».

His more controversial works involve vandalism and gore, painting large X’s in his own blood on the walls of modern art museums including next to two Picasso paintings at the MOMA in 1988 and at the Jeff Koons retrospective at the Whitney Museum in 2004. In doing so he has been banned from some art galleries, a status he holds with pride. In 2004, he threw a vial of his own blood on a wall beside a sculpture of Michael Jackson by Paul McCarthy in the Hamburger Bahnhof contemporary art museum of Berlin. Although his later work has been dismissed as a simple vandalism by some parts of the media. Curator Laura O’Reilly, commenting on Istvan Kantors writing «Monty Cantsin» on a piece by artist Nelson Saiers in The Hole Shop gallery in New york, said «There’s a fine line between pissing on someone else’s piece as a form self expression — if you’re going to call that art”. Fuente: wikipedia

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Demolire l’arte

Tratto dall’omonimo cortometraggio di Luther Blissett.

Nell’ottobre scorso, su proposta di Walter Weltroni, il consiglio dei ministri ha approvato un disegno di legge che prevede un’inasprimento delle pene per quanti «danneggiano o deturpano cose d’interesse storico-artistico». Il fenomeno del vandalismo anti-artistico è sempre più diffuso. Per quali motivi? Perché statue e dipinti sono bersaglio di veri e propri bliz, di beffarde e anonime aggressioni? Gli ultimi episodi hanno lasciato l’opinionepubblica sbigottita e senza risposte.

«L’arte è viva! Godetela, ridetene, odiatela o amatela, ma non adoratela! Non siamo in chiesa, appendetela alle vostre pareti, pulitevici il culo magari… ma usatela!»

Ferragosto ’96. All’alba i soliti ignoti sfondano una vetrata della Galleria d’Arte Moderna di Bologna e sottraggono parti di due opere degli artisti londinesi Gilbert & George. L’indomani il materiale trafugato viene fatto trovare in un sacchetto della spazzatura a meno di centro metri dalla galleria.

Notte del 12 Novembre ’95. Viene decapitata una statua dello scultore inglese Henry Moore esposta in piazza del Nettuno a Bologna. Il giorno seguente turisti e passanti ammirano la statua per ore, prima che qualcuno si accorga che ne manca un pezzo. In un comunicato stampa Luther Blissett commenta:

«l’anonimo che ha deturpato l’opera d’arte ne ha messo in atto alcune potenzialità in precedenza congelate nel blocco. Ha liberato il gesto espressivo dell’artista. I passanti non hanno contemplato un corpo morto, un rottame dell’arte di ieri, ma hanno colto la materia nel pieno e nel vivo della sua trasformazione.»

Simili gesti non sono una novità. Nel decennio scorso alcune statue di Michelangelo sono state più volte attaccate a martellate.

«La ronda di notte» di Rembrandt ha subito ripetuti assalti con spruzzi di liquidi corrosivi. Ma oggi la frequenza del fenomeno, unitamente ad alcuni precedenti, ci fa sospettare che tali gesti siano parte di una vasta guerriglia culturale.

Giugno 1958, pinacoteca di Brera. Il pittore milanese Nunzio Van Guglielmi infrange il vetro che portegge «Lo sposalizio della Vergine» di Raffaello e incolla sul dipinto un volantino con la scritta: «Viva la rivoluzione italiana, via il governo clericale!». Vanguglielmi viene internato in manicomio. L’Internazionale Situazionista dirama il volantino: «Difendete la libertà ovunque», in cui si inneggia all’attentato e si chiede la liberazione di Vanguglielmi.

Gennaio 1963. Alcuni studenti rivoluzionari di Caracas sferrano un attacco armato ad una mostra d’arte francese e rubano cinque quadri che si offrono di restituire in cambio del rilascio dei prigionieri politici. Dopo uno scontro a fuoco la polizia si impossessa nuovamente dei dipinti. I rivoluzionari cercano invano di fare esplodere il furgone della polizia che li trasporta. Ancora i situazionisti commentano: «questo è senza dubbio un modo esemplare di trattare l’arte del passato, per riportarla in gioco e farla contare veramente nella nostra vita.»

Insurrezione di Dresda 1848. L’anarchico Mikhail Bakunin propone senza successo di saccheggiare il museo cittadino e di mettere i quadri sulle barricate per dissuadere la polizia dall’aprire il fuoco.

L’attacco all’arte viene oggi teorizzato dall’inglese Stewart Home autore di diversi libri culto. Intervistato sull’ergomento Home ha dichiarato: «Quando sento parlare di arte metto subito mano alla spranga. L’arte è noiosa, è una truffa ai danni della vita. Congela le emozioni e spinge ad adorare falsi idoli. Il minimo che si possa fare è distruggere questi idoli. Lasciate che gli intellettuali si scandalizzino, dicano pure che siamo vandali e teppisti. L’arte è un cadavere in putrefazione, il teppismo è vita! È facile e divertente! Uccidete l’intellettualino che è in voi e unitevi alla marmaglia!»

È guerra aperta! Forse la demolizione dell’arte è una nuova tendenza in procinto di conquistare i giovani. Se è così Veltroni ha di che riflettere: nessun disegno di legge può mettere recinti alla cultura pop!

(Nota del editor). En un panfleto titulado «Defiende la libertad en todas partes» (fechado el 4 de julio de 1958), Giuseppe Pinot-Gallizio —en nombre de la sección italiana de la Internacional Situacionista— lanzó una campaña para sacar del manicomio al pintor milanés Nunzio Van Guglielmi. Éste había sido internado por romper una ventana de Los desposorios de la Virgen de Rafael y pegar en la obra un pasquín ensalzando la revolución contra el estamento clerical. En París, el 7 de julio de 1958, Asger Jorn hizo público el texto «Au secours de van Guglielmi». En él denunciaba el encarcelamiento de Guglielmi «como un ataque contra el espíritu moderno», y elogiaba al pintor milanés por haber asaltado «los falsos ideales artísticos del pasado». Al año siguiente, Guglielmi fue declarado en su sano juicio y liberado del manicomio.
HOME, Stewart (2002). El asalto a la cultura. Movimientos utópicos desde el Letrismo a las Class War. Barcelona: Virus, p. 83

Destruction in Art Symposium

The Destruction in Art Symposium (DIAS) was a gathering of a diverse group of international artists, poets, and scientists to London, from 9–11 September 1966. Included in this number were representatives of the counter-cultural underground who were there to speak on the theme of destruction in art. The Honorary Committee was led by Gustav Metzger. The main objective of DIAS was to focus attention on the element of destruction in Happenings and other art forms, and to relate this destruction in society.

John Latham constructed three large «Skoob Towers» out of books, which they called «The laws of England», and set fire to them outside of the British Museum.

Source: Wikipedia

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Anish Kapoor nunca bautizó su Dirty Corner «#LeVaginDeLaReine». Las redes sociales lo hicieron.

Ver el quinto capítulo de «El arte escándalo», dirigido por Thierry Berrod para Canal Arte. Sobre la obra de Kapoor en Versalles y los ataques recibidos.

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Una abuela «interviene» un cuadro en un museo y reclama derechos de autor

Hannelore K. és una senyora de 91 anys que fa un mes va acudir el Museu Neues de Nuremberg (Alemanya). La visita, que es preveia tranquil·la, com la de la resta de visitants, va acabar amb la policia interrogant la dona.

La qüestió és que la nonagenària es va prendre seriosament un quadre -en què hi ha representats uns mots encreuats- que anava acompanyat de l’escrit “Inserta les paraules”. La dona va acabar completant part dels mots encreuats, i així va ‘guarnir’ aquest quadre pintat l’any 1977 per l’artista Arthur Köpcke, i valorat en 80.000 euros.

La història, però, ni molt menys acaba aquí. Un cop la dona s’assabenta que el museu ha esborrat les paraules que ella va escriure al quadre, ara es disposa a reclamar els drets d’autor per la part de l’obra que creu que li pertany. Segons la senyora -i els 7 fulls d’explicació que ha presentat el seu advocat -, la seva clienta “ha incrementat el valor” del quadre, i ha dut a conèixer el vertader autor de l’obra a un “públic més ampli”.

La dona i el seu advocat consideren, en definitiva, que els drets d’autor de l’obra són “compartits”.

Fuente: ElNacional.cat

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Museo del Falso (Salerno)

Nel 1988 è stato costituito primo nel genere in Italia, Il Centro Studi sul Falso, struttura attraverso la quale alcuni docenti e ricercatori hanno deciso di intraprendere un’attenta riflessione sul fenomeno della falsificazione. In seguito a tale impresa, dopo aver raccolto centinaia di “falsi”, nel 1991 è nato il Museo del Falso, una rassegna di esemplari di falsi di vario genere, prodotti e manufatti contraffatti relativi a diversi comparti produttivi, settori artistici e scientifici, ambiti culturali diversi, tutti oggetti, scritti, opere dell’ingegno o documenti “rigorosamente falsi”.

Le varie esposizioni rinnovate periodicamente sono a carattere monografico e illustrano insieme ai vari reperti gli esiti delle ricerche svolte dal centro di studi sul fenomeno della contraffazione. Tra i pezzi custoditi alcuni sono di particolare interesse e curiosità: i falsi oggetti preziosi, i prodotti di lusso, i falsi valori bollati, i falsi del settore alimentare, i falsi prodotti farmaceutici, i falsi CD, i falsi biglietti e i falsi documenti.

Altre esposizioni che hanno riscosso l’interesse del pubblico sono state: il “FALSO PULITO”, ovvero l’industria delle contraffazione dei detersivi in Campania, il “FALSO FOOD”, ovvero manipolazioni, trasformazioni e falsificazioni del cibo, la serie “VOCI”, cioè le dicerie, falsi e calunnie su prodotti e marchi di successo.

Il museo ha chiuso nel 2011.

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Vigilante, Natural History Museum, Lodz 2013

Del proyecto de Antje Ehmann / Harun Farocki «Labour in a Single Shot»

 

Magdalena Kulak, Natural History Museum, Lodz 2013 from Labour in a Single Shot on Vimeo.

Un visitante de museo se carga un reloj de gran valor

El incidente ocurrió en el National Watch and Clock Museum, en Columbia, Pennsylvania (EE.UU.).

Un joven deja unas gafas en un museo y la gente se piensa que es arte

Fuente: El Periódico

TJ Khayatan es un joven de 17 años que el próximo otoño comenzará la universidad. Recientemente fue de visita al MOMA de San Francisco con sus amigos a disfrutar un poco del arte. Según él mismo ha explicado a algunos medios, les gustaron la mayoría de obras expuestas, pero algunas piezas no las entendieron y les sorpendió, incluso, que fueran calificadas de arte (como un peluche arropado con una manta gris que había en una sala). Desconcertados, decieron hacer un experimento.

Pusieron unas gafas en el suelo, cerca de una pared, y se pusieron a observar la reacción de la gente que visitaba el museo. Al poco observaron que alrededor de las gafas se habían arremolinado varias personas que miraban las gafas cual obra de arte y que, además, les hacían fotos como si fueran la ‘Gioconda’. La prueba había sido un éxito y, excitados, hicieron fotos de la gente mirando «su obra de arte».

El pasado lunes, el chaval publicó las fotos en Twitter, y ya llevan más de 55.000 retuits. Tanto es así, que la historia ha dado la vuelta al mundo y TJ Khayatan ya ha explicado su ocurrencia a varios medios de comunicación.

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Niños maltratan una obra de arte mientras los graban adultos

Fuente: Hyperallergic (Claire Voon). Gracias a Enric Farrés por el pase.

Recently released CCTV video shows the young lads touching and pulling the wall-mounted work, but we also see their two adult chaperones whip out their phones and film the entire incident — because documentation of this precious scene for posterity sure beats discipline. Not until the boys deliver their fatal blow, pulling the artwork off the wall then letting it crash back against it, do their chaperones frantically wave their hands, gesturing for their charges to return. You’d think one would exercise extra precaution in a building where everything on view is highly breakable, but some people just don’t want to interrupt that moment when art seduces their kids.

The sculpture, “Angel Is Waiting” by artist and pioneer of China’s studio glass movement Shelly Xue, has been on view — and cordoned off by rope barriers — since 2014. It depicts a pair of angel’s wings constructed of glass fragments. According to Arte MagazineXue spent about 27 months making it and dedicated it to her newborn daughterRather than fixing the work after the boys’ rough handling of it, she has decided to leave it as is. She has simply retitled it “Broken.”

The museum has reportedly not announced whether the children or women received any form of punishment, but it has installed a screen playing the surveillance footage on loop next to the piece — perhaps as a cautionary tale, or as a way to shame the delinquents and their documentarians, which would align well with Chinese custom. Either way, the moment is gathering more views and shares than if it had only been played at that family’s next reunion!

Museografía u orientación para la concepción adecuada y conveniente establecimiento de los museos o cámaras de curiosidades

En 1727 el marchante alemán Caspar Friedrich Neickel (seudónimo de Kaspar Friedrich Jencquel) publica en Leipzing el tratado titulado Museografía u orientación para la concepción adecuada y conveniente establecimiento de los museos o cámaras de curiosidades, en el que recoge toda una serie de explicaciones respecto a la disposición de las colecciones en los espacios designados para tal fin, así como los criterios para su registro, inventario y catalogación de los objetos, recomendando el uso de elementos originales sobre las reproducciones y detallando las condiciones óptimas para su mantenimiento.

Los robos de arte en las series de televisión

En algunas de nuestras anteriores entradas (Las réplicas de las obras de arte en el cine, The Monument Men, Robos con arte. Entre el delito y la ficción) ya hemos hablado de la fascinación del séptimo arte por los robos de las obras de arte mientras hacíamos referencia a cómo éstos añaden un halo de dandismo y sofisticación. Pues hoy toca hacerlo sobre la televisión.

Y es que en tiempos en los que los los ladrones de arte escriben sus biografías y son motivo de documentales; los actos de destrucción de templos y esculturas de piedra circulan masivamente por redes sociales y medios de comunicación; y los museos dedican exposiciones a la iconoclastia, no nos debería extrañar que los robos de arte y sus ladrones sean protagonistas en la tramas de las series televisivas, como lo hemos visto en Castle y El Ministerio del Tiempo durante las pasadas semanas 17 y 18.

Fragmento de Castle. «Eye of the Beholder». Temporada 4. Capítulo 5 (63)

Castle y Beckett investigan un asesinato sucedido en un museo. Tal asesinato guarda relación con el robo de la escultura Puño del capitalismo, de un valor de 50 millones. Serena Kaye, una atractiva investigadora que esconde un secreto muy importante, les ayudará en este caso y centrará su atención en Castle. Además, Joy McHugh, una adinerada benefactora del museo, se convertirá en la principal sospechosa del crimen. Finalmente Beckett, Castle y Serena encuentran que la obra de Alisa, una joven artista, contiene escondida la escultura en el mismo museo.

El Ministerio del Tiempo. «Óleo sobre tiempo». Temporada 2. Capítulo 17

Diego Velázquez, que es funcionario del ministerio, recibe una alarma en su móvil. Uno de sus cuadros acaba de ser subastado en 2016 a un precio estratosférico. Esto sería algo normal si no fuera porque es una de las pinturas que fue destruida por el fuego en el incendio del Alcázar de Madrid en 1734. Ante la falta de patrullas por problemas con el convenio laboral, el propio Velázquez e Irene se desplazan hasta allí para investigar lo que está ocurriendo. Lo que se encuentran es un robo de arte a gran escala por parte de Darrow en colaboración con Lola Mendieta, quienes están sustituyendo los originales por copias para, siglos después, hacer negocio con los originales.

Parece ser que estos capítulos tienen un claro preferente: en el 2009 la USA Network lanzó la serie White Collar (Ladrón de guante blanco) en la que durante seis temporadas Neal Caffrey, un convicto estafador que es capturado después de su fuga, termina colaborando con el departamento de crímenes de guante blanco bajo la supervisión del agente especial del FBI Peter Burke, que es el que lo puso en prisión. A lo largo de la serie, Neal ayudará a la FBI a solucionar los casos más complicados haciendo uso de su basto conocimiento. Y es que él es un hábil ladrón y falsificador de arte, entre otras actividades criminales.

Trailer de White Colllar

El capítulo piloto de Ladrón de guante blanco, entre otras historias de la trama, aborda el caso de la falsificación por parte de El Holandés de unos bonos españoles de 1938 que fueron acuñados con unos grabados de Goya. Ya en esta primera entrega, como en el caso de las otras series, podemos identificar como se parafrasean casos verídicos entre la ficción, o como se construyen ficciones a partir de casos reales… Habrá que estar atentos a la pantalla a ver si lo próximo irá en clave criminológica pseudo-historicista, en la línea de ficción especulativa de Black Mirror, o en algo totalmente nuevo y diferente.

Black Mirror. Temporada 1. Capítulo 1

Un terrorista ha raptado a la princesa Susannah de Gran Bretaña, una adolescente princesa que es la favorita de toda la población, muy querida, famosa y activa en Facebook. El delincuente ha subido un vídeo de la princesa en YouTube en la que se la ve atada y leyendo los requerimientos para su libertad. Para sorpresa del gabinete, el secuestrador no quiere dinero, no busca que liberen a un terrorista, ni que UK condone la deuda del Tercer Mundo. El Primer Ministro deberá salir en todas las cadenas de la televisión en una transmisión en vivo teniendo relaciones con un cerdo. Al final del capítulo descubrimos que el secuestrador, que se suicida después de liberar a Susannah y de comprobar cómo el Primer Ministro cumple con su palabra, es Carlton Bloom, un artista ganador de un premio Turner. El acto del cerdo termina siendo la primera gran obra de arte del siglo XXI según otro artista.

¿Quien cojones es Jackson Pollock?

Maravilloso documental sobre la realidad del mercado de arte y la hegemonía de los que se creen expertos versus los peritos con formación académica.