Archivo mensual: octubre 2013

Cabezazo

Fuente: El País

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El fútbol no deja de dar quebraderos de cabeza a Catar. Por si no fuera suficiente con la polémica sobre si el Mundial de 2022 va a poder celebrarse durante el tórrido verano del emirato, sus autoridades también han tenido que afrontar las críticas a la instalación de una estatua de Zidane en el Paseo Marítimo de Doha, la capital. En un repentino cambio de parecer, el Organismo de los Museos de Catar (QMA, en sus siglas inglesas) ha decidido trasladar provisionalmente la escultura al Museo de Arte Árabe Moderno (Mathaf).

La obra Cabezazo, del escultor argelino Adel Abdessemed, recoge el momento en el que el jugador francés Zinedine Zidane golpea con la cabeza al italiano Marco Materazzi durante la Copa del Mundo de 2006. Su compra por parte del QMA, que dirige la jequesa Mayasa Bint Hamad al Thani,hermana del actual emir, forma parte de un ambicioso programa de adquisición de arte tanto para los numerosos museos con los que el emirato aspira a convertirse en el centro cultural de la región como para embellecer la ciudad, en plena expansión.

“Cabezazo va unirse a la exposición individual [de Abdessemed] que en la actualidad se exhibe en Mathaf hasta el 5 de enero. Creo que ha habido una decisión de juntar todas las piezas”, ha explicado Kimberly French, la jefa de marketing del QMA, al digital Doha News. Con anterioridad, los responsables habían dicho que la escultura iba a quedarse en el Paseo Marítimo. Ahora, un comunicado de ese organismo asegura que “va a ser parte del paisaje artístico de Doha y su destino definitivo se dará a conocer pronto”.

La voz de alerta la dio un tuitero. “Se llevan la escultura Cabezazo del Paseo Marítimo. ¿Por qué?”, inquiría el paquistaní Ali Khanan en su cuenta de la red social, a la vez que acompañaba el comentario de una foto de la estatua a bordo de un camión.

Era de hecho una pregunta retórica. Desde que a principios de mes se instaló la gigantesca figura de bronce de cinco metros de altura, había generado numerosos comentarios hostiles de la población local. Para unos ensalzaba un comportamiento contrario al espíritu deportivo y a la moral; para otros, violaba la prohibición del islam de representar seres vivos. En realidad, la polémica ha acompañado a la estatua de dudoso valor artístico en todos los lugares donde se ha expuesto, primero ante el Centro Pompidou de París y después en la localidad italiana de Pietrasanta. Fue entonces cuando el QMA la adquirió por una cantidad que no se ha desvelado.

Resulta improbable que el traslado de la estatua al Mathaf acabe con la controversia. De hecho, la exposición La edad de oro de Abdessemed también está resultando discutida. Una videoinstalación titulada Primavera, en la que se ve a varios pollos gritando mientras da la impresión de que se queman, ha dado lugar a una inusual petición para que se cancele la muestra y se eche a los directores del museo y del QMA. Para muchos cataríes, y residentes, la pieza es “ofensiva, violenta y carente de gusto”.

El crimen de la salsa picante que cambió de oficio

Fuente: yorokobu (por Jaled Abdelrahim)

Un aplicado empleado del ayuntamiento de Ciudad Juárez (México) pide el anonimato al teléfono. Él y su compañero estuvieron involucrados el día del accidente y no desea que el error trascienda. Por mucho que ahora se haya convertido en un error milagroso. Lo primero es su reputación de excelencia en el trabajo como limpiador de monumentos.

“Estábamos en la hora del descanso y nos pusimos a comer junto a la estatua que estábamos ese día limpiando”, comienza a confesar. “Y así no más, a un compañero se le cayó el bote de salsa Valentina y se le rompió encima de los zapatos de bronce de la estatua. Era la estatua de los trabajadores”, relata con encogimiento el incidente.

A un mexicano no hace falta explicarle lo que es la salsa Valentina. Para los demás, se trata de una marca industrial de salsa de chile picante que invade las mesas, los locales y los refrigeradores de todo el país hasta el punto de haber consolidado el condimento con su nombre propio.

Inmediatamente, ambos profesionales abandonaron su ocioso momento de la comida y se dispusieron a borrar las pruebas. Si se aplicaban, podrían dejar su honorabilidad indemne sin dejar rastro. “Estaba embarrada de salsa, así que comenzamos a limpiarla”, desgrana el hombre. De pronto, ocurrió. “Nos dimos cuenta de que de donde retirábamos la salsa, brillaba. Tan bien, o mejor, de cómo brillaba con el químico que nosotros normalmente usábamos”.

Algo desconcertados ambos operarios abandonaron el lugar de los hechos esa primavera de 2012. Prefirieron no hablar más de aquel asunto. Pero un secreto así no sepulta tan fácilmente sus evidencias. Unas semanas más tarde, el día que ambos volvieron a realizar la limpieza rutinaria del monumento, no daban crédito a lo que veían sus ojos. “Los pies de esa estatua, sobre los que había caído la Valentina, seguían brillosos”, describe el testigo. “Sin embargo, la parte que habíamos limpiado con el químico se había puesto sucia y deslucida”.

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Todo era tan extraño… La circunstancias les sobrepasaban y ya solo quedaba un camino: la huida hacia delante. Lo harían. Tenían que intentarlo. Quizás así terminarían por ocultar aquel maldito accidente de una vez por todas. Decidieron lavar la estatua al completo con su salsa de comida. Después, solo tocaba esperar a que les volviese a tocar la ronda de limpia de estatuas en unos días.

Ya no había dos tonalidades en el monumento a los Trabajadores, pero había sucedido algo “asombroso”, califica el anónimo limpiador. “Esa estatua era la única que seguía brillando”. Llegados a ese punto era absurdo tratar de seguir ocultando el crimen. Asumirían la responsabilidad de haber derramado salsa sobre unos pies de bronce. Más valía pagar por ese pecado que dejar a la humanidad inconsciente de tal hallazgo. “Decidimos hablar con nuestro supervisor”, recuerda el operario. “Al principio pensamos que nos iba a regañar, pero se lo comentamos y nos dijo que volviésemos a intentarlo. Él mismo nos acompañó y nos advirtió de que si le pasaba algo a la escultura nos lo iba a descontar de nuestro sueldo”.

Ahí estaban. Dispuestos a aderezar con kétchup picante un busto de propiedad pública en frente de la autoridad competente. Lo hicieron de nuevo. Valentina no falló, ellos conservaron el sueldo y el supervisor tenía algo que contar en el ayuntamiento. Desde hace un año el consistorio de Ciudad Juárez compra al por mayor salsa Valentina para bruñir las iconografías locales, una decisión con la que le ahorra un 80% del presupuesto en material de limpieza a las arcas.

“Queda más bonito, más duradero”, dice el descubridor. “Además, nosotros nos alejamos de los daños que nos causaba el producto químico con el que limpiábamos, es más fácil y menos trabajoso. Y hacen falta menos empleados para hacerlo. Y para el ayuntamiento, imagínese, el botecito de un kilo de químico pasa arriba de 150 pesos y un litro de Valentina son 30 o 35 pesos no más”.

En esta ciudad mexicana con escasez de recursos económicos y azotada por la violencia, el bote de salsa picante ha supuesto un pequeño aliño a las penas. Temen los dedicados al sector de la limpieza de estatuas que el cambio de gobierno suponga la ruptura con el nuevo método de jabonado culinario.

Mientras, dos hombres ocultan su cara por vergüenza de un viejo error. Un fallo que ahora les convertiría en héroes. Ellos prefieren seguir lavando estatuas en el anonimato, furtivos en ese desconocido mundo del enjuague. Quizás ni siquiera fuese su único crimen.

– Dígame la verdad. Ahora que el ayuntamiento les provee de litros y litros de salsa Valentina, ¿alguna vez ha utilizado los botes que le dan  para aderezar su comida a la hora del descanso?
– Sí. Lo he hecho
(Fin de la llamada)

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Gracias a Lulú Soto y a Dani Antorn por el pase.

No tocar, por favor. El museo como incidente (programa SOY CAMARA, TVE)

Nueva edición del programa SOY CÁMARA (TVE-CCCB).

Nos preguntamos por ese lugar que lleva ahí tanto tiempo, por ese edificio que provoca tanto trajín de personas. Nos preguntamos por el museo, por su sentido, por sus normas. Parece que la frase “no tocar, por favor” es la letanía que todavía resuena en ese espacio y nos preguntamos por qué es así y si va a sonar siempre igual.

El programa del CCCB “SOY CAMARA”, que bajo el título NO TOCAR, POR FAVOR. EL MUSEO COMO INCIDENTE se emite el sábado 19 de octubre en La 2 de TVE, intenta explorar la relación entre el público y el museo para comprender cómo se despliega la autoridad cultural, pero también cómo se establece una desobediencia, una disidencia cultural.

Cuando cogemos una obra de arte de un museo y la situamos en un contexto descodificado artísticamente, la respuesta hacia esa imagen u objeto es del todo diferente de la que habitualmente se desarrolla en el museo. Así, el museo se convierte en un espacio de tensión institucional, en el que los movimientos, las normas y las formas se amalgaman bajo una liturgia cultural que nos afecta. Observar esas afecciones de la cultura resulta conmovedor.

NO TOCAR, POR FAVOR. EL MUSEO COMO INCIDENTE toma como punto de partida el registro de incidencias del Museo ARTIUM de Vitoria, recogido por su personal de seguridad entre 2003 y 2012, para tratar actitudes iconoclastas e idolátricas, recoge opiniones diversas (historiadores, artistas, personal de seguridad e individuos) y nos cuenta por qué hay gente que se enfada en un museo. Participan en el programa Mireia c. Saladrigues, Andrés Hispano, Joan Fontcuberta, Félix Pérez-HIta y Jorge Luis Marzo.

NO TOCAR, POR FAVOR. EL MUSEO COMO INCIDENTE es un proyecto expositivo realizado en el Museo Artium entre mayo y septiembre de 2013. Puede acceder aquí al blog del proyecto, y el libro editado para la ocasión puede descargarse aquí.

Ficha del capítulo
Guión y dirección: Jorge Luís Marzo y Arturo Fito Rodríguez
Realizador: Juan Carlos Rodríguez
Sábado 19 de octubre a la 1h 30’ en La 2 de TVE
Soy Cámara. El programa del CCCB. Capítulo 31
No tocar, por favor, 30’

Una «boda guerilla» delante de La noche estrellada de Van Gogh

Podría haber sido una boda en intimidad, por la poca afluencia de invitados al evento. Pero acabó saltando a los medios.

Y es que los cuadros más famosos de Vincent Van Gogh, además de inspirar curiosos objetos que sobrepasan al souvenir, como vaporosas faldas de tul, chanclas tipo flip flop, fundas de móbiles y de consolas, y motivos para calabazas de halloween, también hace que la gente se enamore y que hasta unos quieran casarse delante de esa misma pintura. Imparable embrujo el de este pintor!

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Martin Gee, supervisor de diseño en la Boston Globe, y Carrie Hoover, directora de arte de la revista Edible Vineyard, afirman que se conocieron y se enamoraron delante de La noche estrellada de Van Gogh, en el MOMA. Y cuando quisieron casarse, decidieron hacerlo en ese mismo lugar sin previo aviso al museo. El director, Glenn D. Lowry, afirma que tuvo que echar al guarda de seguridad para que la ceremonia pudiera tener lugar. Y es que, según él, se percató de que la cosa iba en serio.

Al menos a Martin y a Carrie les dio por esta especie de nueva religión artítistica y no por ambientar su boda en el cuadro.

Más detalles de la boda aquí y una entrevista al director sobre el asunto en este otro lugar.

 

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Jan Rothuizen dibuja una visita al museo Boijmans Van Beuningen

Why is it so quiet here? de Jan Rothuizen.

Jan Rothuizen draws a visit to the museum.
Why is it so quiet here? takes you on a visit to Museum Boijmans Van Beuningen through the eyes and thoughts of the artist Jan Rothuizen. Jan Rothuizen is a draughtsman. He is famous for his drawings in the daily newspaper De Volkskrant and elsewhere, in which he records his detailed observations of a particular place in words and images. Why is it so quiet here? is his first animated film.

Touch Art Fair

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We are thrilled to invite you to the Touch Art Fair, the world’s first-ever art fair celebrating tactile and haptic arts.

The Touch Art Fair 2013 will take over a former BBC building in London on 35 Marylebone High Street, W1U 4QA, just a short walk from Frieze Art Fair.

It is open to the public from 17-20 October 2013 and features work from international artists including: Jake and Dinos Chapman, Abigail Burt, Axelle Russo, Colin Hambrook, Gillian A Mcfarland, Nendie Pinto-Duschinsky, Nicole Wassall, Phoebe Stannard, Rhiannon Palmer, Scratchadelia, Steve Chang Hee Lee, Sungshin Olivia Yim, Victoria Karlsson and Younghee Lee.

The Touch Art Fair is a non-profit organisation celebrating haptic arts.

In a society where everything is at your fingertips but you are still not allowed to touch, we are inviting visitors to a sensory fête where they will be able to re:think art and ways of seeing through touch.

Spect-Actors will be encouraged to re:activate their forgotten senses and to experience art in a different way.

Restoring vision, the Touch Art Fair aims to re:unite people and to make society a bit more inclusive.

James Milroy

Fuente: James Milroy

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Un pase de Andrés Hispano.

Dos fragmentos de Théophile Gautier

“Sin llegar a ese grado de exaltación, ¿no os habéis sentido vosotros mismos dominados por una sensación de melancolía inexpresable al visitar una galería de maestros antiguos, pensando en las bellezas desaparecidas representadas en sus cuadros? (…) ¡Qué pena que las mujeres de Rafael, de Correggio y de Tiziano no sean más que sombras impalpables! (…).

Ayudándose con unos potentes anteojos, nuestro enamorado escrutaba su belleza hasta en las pinceladas más imperceptibles. Admiraba la fineza de la textura, la solidez y la suavidad del empaste, la energía del pincel, el vigor del dibujo, al igual que otro admira lo aterciopelado de la tez, la blancura y la bella coloración de una amante viva; so pretexto de examinar el trabajo más de cerca, obtuvo de su amigo pertiguero una escalera de mano, y, lleno de temblor amoroso, se atrevió a apoyar una mano temeraria en el hombro de la Magdalena. Se sorprendió mucho de hallar, en lugar de la blandura satinada de un hombro de mujer, una superficie áspera y ruda como una lima, rizada y golpeada en todos los sentidos por la impetuosidad del pincel del fogoso pintor. Este descubrimiento entristeció mucho a Tiburce, pero, tan pronto bajó de la escalera, su ilusión volvió a adueñarse de él.”

Théophile Gautier: El Vellocino de oro (Le Toison d’or), 1839. Trad. de José Escué.

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P.P. Rubens, Descendimiento de la Catedral de Amberes (cuadro al que se refiere el cuento de Gautier)

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“El cicerón que nos guió en el interior de la iglesia era ciego, y era una cosa verdaderamente maravillosa ver con qué precisión se paraba delante de los cuadros, de los cuales nos dibujaba el tema y al pintor sin vacilar y sin equivocarse jamás. Nos hizo subir a la cúpula, y nos paseo por una infinidad de pasillos ascendentes y descendentes que igualaban en complicación “El Confesionario de los Penitentes Negros” o “El castillo de los Pirineos” de Anne Radcliffe. Ese buen hombre se llama Cornelio; tiene el mejor humor del mundo y parece muy feliz con su enfermedad.”

Théophile Gautier: Viaje a España (Voyage en Espagne), 1845.

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